jueves, 15 de noviembre de 2012


Precisión de la Filosofía y la Literatura.

¿No es un asunto divertido que una y otra vez los más serios filósofos, por rigurosos que sean con todas las certezas, invoquen versos de poetas para dar fuerza y credibilidad a sus pensamientos? – ¡y sin embargo, es más peligroso para una verdad cuando un poeta asiente, que cuando la contradice! Pues, como dice Homero, “¡Mucho mienten los poetas!”. FIEDRICH NIETZSCHE.[1]

Desde mis primeros estudios sobre la filosofía siempre me inquietó el hecho que siempre se hiciera referencia al mito en los primeros vestigios del desarrollo de la Filosofía, en particular el lenguaje mítico en mi perspectiva encierra algo de verdad, en cualquiera que sea de la cultura que sea, hay una huella de verdadero, y es tal vez la manera como los antiguos a través del mito evidencian hechos que se hubiesen desarrollado, y la manera como hacen que el oyente o lector en muchos casos de ellos se sienta atraído por este tipo de lenguaje que en sí mismo tiene un tinte de precisión al querer comunicar muchos aspectos.

Por ello acudo a ellos para desarrollar el tema de la precisión tanto en el lenguaje riguroso de la Filosofía como en el lenguaje poético. Y apoyado en la cita de Nietzsche es curioso que muchos de los filósofos recurran a alguna cita de este lenguaje mítico como cita de sus grandes tesis o de sus obras selectas.

La filosofía y la literatura son dos instancias diferentes dentro del desarrollo del pensamiento, dos formas de cómo se presenta la cultura y dos maneras de llevar a cabo las interpretaciones de la realidad y a la par de las reflexiones que hombre hace sobre el mundo, sobre si mismo obre el entorno que le rodea y más aun sobre el conocimiento. Y estas dos maneras a pesar de abordar los mimos cuestionamientos tienen diferencia en la manera o perspectiva desde las cuales los abordan y una particularidad en la seriedad y precisión en las que uno podría rastrear una temática; para algunos es más claro evidenciar el mismo problema tratado por la Filosofía y la Literatura desde la misma literatura que desde la Filosofía… lo cierto es que cada una responde a los problema de cada época de la historia.

Lo interesante en la filosofía y el de la literatura es que hay actitudes comunes, en cuanto al problema que de alguna manera produce curiosidad, insatisfacción y sorpresa, que son actitudes comunes de un filósofo y de una persona que se inquieta ante a la realidad desarrollando los esfuerzos de la imaginación, la razón y la voluntad para buscar salidas. En este sentido tanto la filosofía como la literatura producen en el ser humano motivos de cuestionarse y hacerse preguntas.

Hay que tomar en cuenta que en ambas perspectivas es imperante el uso del lenguaje y el juego que se hace del mismo para expresar lo que se desea dar a conocer. En este sentido la Filosofía es rigurosa en su cuidado de expresión, pues ella misma se plantea cosas sobre el ¿Qué es? , que es el hombre, el tiempo, el ser, la muerte, la existencia, lo material, lo inmanente, lo eterno, lo finito, las ideas, el conocimiento, el hombre…. Y miles de preguntas, en todo caso la filosofía es rigurosa y muy agresiva tajante, por ser teórica y estricta en sus argumentaciones, muy esquemática en la forma de proceder y acercarse a una problemática, ella a su vez indaga, pregunta, es abstracta, racional y de diversas formas de teorizar, muchas veces no concluyente pero siempre con la duda y la pregunta como abanderadas, bien dicen que una actitud es “no tragar entero”.

Ahora bien si miramos la manera de proceder de la Literatura, a pesar que suele apoyarse en temas de mas sentido humano podría también hacerse las mismas preguntas que se hace la Filosofía, pero no lo hace de una manera esquemática, con métodos de argumentaciones tan rigurosos pero si reflexiona impresionantemente, hace conjeturas y presenta los problemas aunque en su mayoría no ofrece soluciones a los mismos y tampoco es competencia directa de ella hacerlo; aunque lo particular es que presenta los problemas ligados a la acción y la pasión del hombre, en la forma en que los experimenta y los sufre. Tal vez esta sea una de las razones por las cuales la sentimos tan allegada a nuestro ser, por que aterriza los problemas y los baja del nivel de la argumentación rigurosa a un lenguaje más cotidiano cercano y de mayor comprensión de manera que no solo aquel que tenga espíritu filosófico pueda acceder, sino toda persona que sea amante o regular lectora pueda encontrar el desarrollo de un tema atrayente.

Una de las maneras de proceder de la literatura es la analogía: propone figuras narrativas o metáforas semejantes a la realidad de la vida humana y de esa manera nos cuestiona. Ricoeur, es una de las personas que basó parte de sus investigaciones filosóficas en la reflexión sobre la literatura, concluyó que ella funciona de manera semejante a la manera cómo funcionan: el teatro y la tragedia griega; (exhibiendo los problemas y los conflictos de la vida humana a la vez de la cotidianidad frente a un público, como representación teatral). En esta manera la literatura usa el lenguaje para llegar de una manera contundente al lector, pero digamos que podría ser un abrebocas de lo que posteriormente la Filosofía trata con más rigurosidad pero que en ambos sentidos cuentan de precisión.

Un ejemplo claro podría ser el tema del tiempo, que tanto ha llamado la atención y que en mi parte en una de las ultimas clases de las que asistí se a bordo de una manera inquietante; en la Filosofía el primero en abordar este cuestionamiento es Aristóteles quien se apoya en su sistema de la física para intentar demostrar que el tiempo existe en el mundo, que somos nosotros y las cosas quienes nos hallamos inscritos en él; además elabora una serie de argumentos, para demostrar que el tiempo está ligado al movimiento de los seres, por lo cual está en el mundo; y de pode concluir que el tiempo se da en relación con el desplazamiento de lugar, con el cambio y los procesos que sufren los seres; además lo relaciona con la magnitud, lo cual significa que se puede medir, en cuanto es el lapso que tarda un cuerpo en desplazarse de un lugar a otro, una planta en crecer o un ser humano en envejecer.[2]

Kant, Heidegger y otros autores han tratado este tema con mucha entereza y rigurosidad, hay distintos criterios para abordar el tiempo, hay distintas formas de pensarlo, las cuales no son excluyentes, por lo que hay gran dificultad para hablar de “un solo tiempo”; hay distintos tiempos; por lo menos hay diferencia entre el tiempo de la cosmología, el tiempo de los relojes y el tiempo interior del hombre, según como lo afecta en la vida. Las diversas culturas y particularidades de la sensación de cada ser humano tienen formas distintas de pensar, de sentir y de vivir en el tiempo.

La Literatura también aborda en algunos textos este tema, unas veces desde la ficción otras tantas como reflexión profunda, suele verse en ciertos momentos desde la poesía, como lenguaje inspirador y de mucha exigencia, pues es de verdadero talento expresar ciertas reflexiones en una métrica determinada.

La Literatura  plantea el tiempo en su dimensión existencial y a través de la imaginación y la ficción, que implican la exploración y el ejercicio con mayor fuerza, ya no de la razón, de la que no se prescinde, sino de la imaginación y la afectividad.

Un ejemplo es la obra del escritor checoslovaco Milán Kundera en su obra “La insoportable levedad del ser” Aquí el autor haciendo la veces de narrador es quien se plantea el problema del tiempo: ¿es el tiempo cíclico y repetitivo o por el contrario es pasajero y continua fluidez? ¿Vuelven los acontecimientos del mundo y de la vida a repetirse sin cesar en un círculo sin fin o todo pasa y fluye por una única vez, sin que vuelvan a repetirse?  Acudiendo al mito del eterno retorno que había sido formulado en la filosofía por Nietzsche pero que ha sido expuesto de diversas maneras por las distintas culturas, Kundera lo pone en evidencia de la siguiente manera “la idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos:¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir este mito demencial?”.

Se evidencia en esta obra y en este tema en particular como se acude y se alude al mito como recurso pues de cierta manera ni la Filosofía ni el hombre se separan del todo del mito y del lenguaje poético, pues pareciera que lo que para el hombre prima es la necesidad de volver a aquellas cosas que se repiten que son fijas y que no parecen pasar como algo leve que se lleva el viento  y solo cuando encuentra aquellas cosas (ideas, hechos recuerdos) que son fijas y repetitivas encontramos el valor de la motivación, por ejemplo la imagen que se tiene de una familia siempre son repetitivas y son detonante de motivación, pues es la familia modelo, la familia de los momentos inolvidables que han dejado huella en el ser a través del tiempo (trascurrir de los años), se evidencia en los comerciales de televisión, en los valores morales de la sociedad, en las virtudes cristianas, y en los anhelos de la humanidad (aspirar a una estabilidad, a hijos trabajo y evidencias de hechos vividos en familia) en el cine y en la cultura en las épocas de navidad y año nuevo ¿acaso no es el ideal vivirlos en familia?

Y de cierta manera no es la literatura, el cine y aun más la filosofía quienes nos han marcado estos espacios de tiempo (Navidad tiempo de compartir en familia) ¿cómo se toma aquí el concepto de tiempo unido a una vivencia de la moral?

No solo a mi parecer sino unido al de muchos autores a pesar de las diferencias esenciales de cada disciplina la filosofía y literatura se apoyan la una de la otra en un campo del saber; de alimentan. La filosofía se ha apoyado en los recursos de la narración y de la poesía a través de la Filosofía del Lenguaje y con el fin de poner en tela de juicio las estructuras del lenguaje en el discurso narrativo. Y la literatura parte de los problemas de la vida y, en ocasiones, de problemas filosóficos, que explora de una manera distinta y muestra la forma en que ellos se presentan en la existencia humana.


[1] LYNCH, Enrique. Filosofía y/o Literatura. Fondo de Cultura Económica. Argentina Marzo 2.007 Pág. 53.

[2] Aristóteles, sobre el tiempo, en Física 234 a 24

 El apoyo de las humanidades, en conjunto con la literatura no como disciplinas aparte, sino como complemento que educan poco a poco con carácter a la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario