Precisión de la Filosofía y la Literatura.
¿No es un asunto divertido que una y otra vez los más serios
filósofos, por rigurosos que sean con todas las certezas, invoquen versos de
poetas para dar fuerza y credibilidad a sus pensamientos? – ¡y sin embargo, es
más peligroso para una verdad cuando un poeta asiente, que cuando la
contradice! Pues, como dice Homero, “¡Mucho mienten los poetas!”. FIEDRICH
NIETZSCHE.[1]
Desde mis primeros estudios sobre la filosofía
siempre me inquietó el hecho que siempre se hiciera referencia al mito en los
primeros vestigios del desarrollo de la Filosofía, en particular el lenguaje
mítico en mi perspectiva encierra algo de verdad, en cualquiera que sea de la
cultura que sea, hay una huella de verdadero, y es tal vez la manera como los
antiguos a través del mito evidencian hechos que se hubiesen desarrollado, y la
manera como hacen que el oyente o lector en muchos casos de ellos se sienta
atraído por este tipo de lenguaje que en sí mismo tiene un tinte de precisión
al querer comunicar muchos aspectos.
Por ello acudo a ellos para desarrollar el
tema de la precisión tanto en el lenguaje riguroso de la Filosofía como en el
lenguaje poético. Y apoyado en la cita de Nietzsche es curioso que muchos de
los filósofos recurran a alguna cita de este lenguaje mítico como cita de sus
grandes tesis o de sus obras selectas.
La filosofía y la literatura son dos instancias diferentes dentro del
desarrollo del pensamiento, dos formas de cómo se presenta la cultura y dos
maneras de llevar a cabo las interpretaciones de la realidad y a la par de las
reflexiones que hombre hace sobre el mundo, sobre si mismo obre el entorno que
le rodea y más aun sobre el conocimiento. Y estas dos maneras a pesar de
abordar los mimos cuestionamientos tienen diferencia en la manera o perspectiva
desde las cuales los abordan y una particularidad en la seriedad y precisión en
las que uno podría rastrear una temática; para algunos es más claro evidenciar
el mismo problema tratado por la Filosofía y la Literatura desde la misma
literatura que desde la Filosofía… lo cierto es que cada una responde a los
problema de cada época de la historia.
Lo interesante en la filosofía y el de la literatura es que hay
actitudes comunes, en cuanto al problema que de alguna manera produce
curiosidad, insatisfacción y sorpresa, que son actitudes comunes de un filósofo
y de una persona que se inquieta ante a la realidad desarrollando los esfuerzos
de la imaginación, la razón y la voluntad para buscar salidas. En este sentido
tanto la filosofía como la literatura producen en el ser humano motivos de
cuestionarse y hacerse preguntas.
Hay que tomar en cuenta que en ambas
perspectivas es imperante el uso del lenguaje y el juego que se hace del mismo
para expresar lo que se desea dar a conocer. En este sentido la Filosofía es
rigurosa en su cuidado de expresión, pues ella misma se plantea cosas sobre el
¿Qué es? , que es el hombre, el tiempo, el ser, la muerte, la existencia, lo
material, lo inmanente, lo eterno, lo finito, las ideas, el conocimiento, el
hombre…. Y miles de preguntas, en todo caso la filosofía es rigurosa y muy
agresiva tajante, por ser teórica y estricta en sus argumentaciones, muy
esquemática en la forma de proceder y acercarse a una problemática, ella a su
vez indaga, pregunta, es abstracta, racional y de diversas formas de teorizar,
muchas veces no concluyente pero siempre con la duda y la pregunta como
abanderadas, bien dicen que una actitud es “no tragar entero”.
Ahora bien si miramos la manera de proceder de
la Literatura, a pesar que suele apoyarse en temas de mas sentido humano podría
también hacerse las mismas preguntas que se hace la Filosofía, pero no lo hace
de una manera esquemática, con métodos de argumentaciones tan rigurosos pero si
reflexiona impresionantemente, hace conjeturas y presenta los problemas aunque
en su mayoría no ofrece soluciones a los mismos y tampoco es competencia
directa de ella hacerlo; aunque lo particular es que presenta los problemas ligados a la acción y la pasión del hombre, en la
forma en que los experimenta y los sufre. Tal vez esta sea una de las razones
por las cuales la sentimos tan allegada a nuestro ser, por que aterriza los
problemas y los baja del nivel de la argumentación rigurosa a un lenguaje más
cotidiano cercano y de mayor comprensión de manera que no solo aquel que tenga
espíritu filosófico pueda acceder, sino toda persona que sea amante o regular
lectora pueda encontrar el desarrollo de un tema atrayente.
Una de las maneras de proceder de la literatura es la analogía: propone
figuras narrativas o metáforas semejantes a la realidad de la vida humana y de
esa manera nos cuestiona. Ricoeur, es una de las personas que basó parte de sus
investigaciones filosóficas en la reflexión sobre la literatura, concluyó que
ella funciona de manera semejante a la manera cómo funcionan: el teatro y la
tragedia griega; (exhibiendo los problemas y los conflictos de la vida humana a
la vez de la cotidianidad frente a un público, como representación teatral). En
esta manera la literatura usa el lenguaje para llegar de una manera contundente
al lector, pero digamos que podría ser un abrebocas de lo que posteriormente la
Filosofía trata con más rigurosidad pero que en ambos sentidos cuentan de
precisión.
Un ejemplo claro podría ser el tema del tiempo, que tanto ha llamado la
atención y que en mi parte en una de las ultimas clases de las que asistí se a
bordo de una manera inquietante; en la Filosofía el primero en abordar este
cuestionamiento es Aristóteles quien se apoya en su sistema de la física para
intentar demostrar que el tiempo existe en el mundo, que somos nosotros y las
cosas quienes nos hallamos inscritos en él; además elabora una serie de
argumentos, para demostrar que el tiempo está ligado al movimiento de los
seres, por lo cual está en el mundo; y de pode concluir que el tiempo se da en
relación con el desplazamiento de lugar, con el cambio y los procesos que
sufren los seres; además lo relaciona con la magnitud, lo cual significa que se
puede medir, en cuanto es el lapso que tarda un cuerpo en desplazarse de un
lugar a otro, una planta en crecer o un ser humano en envejecer.[2]
Kant, Heidegger y otros autores han tratado este tema con mucha entereza
y rigurosidad, hay distintos criterios para abordar el tiempo, hay distintas
formas de pensarlo, las cuales no son excluyentes, por lo que hay gran
dificultad para hablar de “un solo tiempo”; hay distintos tiempos; por lo menos
hay diferencia entre el tiempo de la cosmología, el tiempo de los relojes y el
tiempo interior del hombre, según como lo afecta en la vida. Las diversas
culturas y particularidades de la sensación de cada ser humano tienen formas
distintas de pensar, de sentir y de vivir en el tiempo.
La Literatura también aborda en algunos textos este tema, unas veces
desde la ficción otras tantas como reflexión profunda, suele verse en ciertos
momentos desde la poesía, como lenguaje inspirador y de mucha exigencia, pues
es de verdadero talento expresar ciertas reflexiones en una métrica
determinada.
La Literatura plantea el tiempo
en su dimensión existencial y a través de la imaginación y la ficción, que
implican la exploración y el ejercicio con mayor fuerza, ya no de la razón, de
la que no se prescinde, sino de la imaginación y la afectividad.
Un ejemplo es la obra del escritor checoslovaco Milán Kundera en su obra
“La insoportable levedad del ser” Aquí el autor haciendo la veces de narrador
es quien se plantea el problema del tiempo: ¿es el tiempo cíclico y repetitivo
o por el contrario es pasajero y continua fluidez? ¿Vuelven los acontecimientos
del mundo y de la vida a repetirse sin cesar en un círculo sin fin o todo pasa
y fluye por una única vez, sin que vuelvan a repetirse? Acudiendo al mito
del eterno retorno que había sido formulado en la filosofía por Nietzsche pero
que ha sido expuesto de diversas maneras por las distintas culturas, Kundera lo
pone en evidencia de la siguiente manera “la idea del eterno retorno es
misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos:¡pensar
que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que
incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir
este mito demencial?”.
Se evidencia en esta obra y en este tema en particular como se acude y
se alude al mito como recurso pues de cierta manera ni la Filosofía ni el
hombre se separan del todo del mito y del lenguaje poético, pues pareciera que
lo que para el hombre prima es la necesidad de volver a aquellas cosas que se
repiten que son fijas y que no parecen pasar como algo leve que se lleva el
viento y solo cuando encuentra aquellas
cosas (ideas, hechos recuerdos) que son fijas y repetitivas encontramos el
valor de la motivación, por ejemplo la imagen que se tiene de una familia
siempre son repetitivas y son detonante de motivación, pues es la familia
modelo, la familia de los momentos inolvidables que han dejado huella en el ser
a través del tiempo (trascurrir de los años), se evidencia en los comerciales
de televisión, en los valores morales de la sociedad, en las virtudes
cristianas, y en los anhelos de la humanidad (aspirar a una estabilidad, a
hijos trabajo y evidencias de hechos vividos en familia) en el cine y en la
cultura en las épocas de navidad y año nuevo ¿acaso no es el ideal vivirlos en
familia?
Y de cierta manera no es la literatura, el cine y aun más la filosofía
quienes nos han marcado estos espacios de tiempo (Navidad tiempo de compartir
en familia) ¿cómo se toma aquí el concepto de tiempo unido a una vivencia de la
moral?
No solo a mi parecer sino unido al de muchos autores a pesar de las
diferencias esenciales de cada disciplina la filosofía y literatura se apoyan
la una de la otra en un campo del saber; de alimentan. La filosofía se ha
apoyado en los recursos de la narración y de la poesía a través de la Filosofía
del Lenguaje y con el fin de poner en tela de juicio las estructuras del lenguaje
en el discurso narrativo. Y la literatura parte de los problemas de la vida y,
en ocasiones, de problemas filosóficos, que explora de una manera distinta y
muestra la forma en que ellos se presentan en la existencia humana.
[1] LYNCH, Enrique. Filosofía y/o Literatura. Fondo de Cultura Económica.
Argentina Marzo 2.007 Pág. 53.
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