jueves, 15 de noviembre de 2012

Consumismo Y Modernidad Liquida


Hace un tiempo, no demasiado, no hacía falta mucha cosa para ser feliz. Bastaba con tener la barriga llena, un techo sobre la cabeza . Eso era todo lo que el humano necesitaba para ser feliz . Pero las cosas cambiaron. Y cambiaron mucho. Ya no basta con cubrir nuestras necesidades básicas para estar bien con uno mismo. Siempre hay que tener más, consumir lo último, lo mejor, lo que está de moda. 


El Compro, luego existo, en reemplazo del Pienso, luego existo. Es esa necesidad que tienen algunos de cambiar constantemente sus teléfonos móviles, por miedo a perder status social, a ser menos que sus amigos. Es lo que obliga a miles de personas a hacer filas frente a las tiendas para comprar, por ejemplo, un iPhone. Es ese enceguecimiento, esa compulsión, que nos obliga a comprar algo antes de preguntarnos si realmente lo necesitamos. 


Muchos atribuyen esa necesidad de consumir a la falta de identidad, de propósito, de realización personal, de la humanidad actual. Al tener la vida más fácil que nuestros antepasados, las sociedades ricas pierden su propósito. Y aquellos individuos que no encuentran "su misión en la vida", tratan de comprarla.



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